A medida que se aproxima el fin de año, las entidades públicas tienden a incrementar sus inversiones para evitar recortes presupuestales. La Cámara de Representantes no es la excepción, y su reciente gasto en mobiliario ha llamado la atención por sus elevados costos.

Una investigación de La Silla Vacía reveló que la Cámara invirtió aproximadamente 7 millones de pesos en cada una de las sillas adquiridas para los 187 representantes. Estas sillas, de las más costosas en el mercado, se han colocado en las oficinas de los legisladores, quienes asisten allí solo unas veces por semana.

En un inicio, se planeaba la compra de 253 sillas, pero el pedido fue ampliado con 24 sillas adicionales, argumentando un “proceso de mejora continua y actualización tecnológica”. Cada silla tiene un valor de 6’990.000 pesos, más 599 mil pesos por su instalación, lo que suma 7’500.000 pesos por unidad.

El contrato, autorizado por la Dirección Administrativa bajo la gestión de Jhon Abiud Ramírez, fue firmado en junio por 28 mil millones de pesos, pero recibió una adición de 8 mil millones, elevando el gasto total a 35 mil millones de pesos.

Este no es el único gasto millonario reciente: también se han autorizado compras de televisores, cámaras, escritorios, cerraduras, baterías y renovaciones en algunas oficinas.