- julio 8, 2023
#Cronica Cuando el reloj marcaba las 2:00 pm de todos los sábados la cita de muchos monterianos comenzaba a materializarse; en este sitio ubicado en el Barrio Betanci, cómo cuando vienes de Rancho Grande y vas para el centro, osea no como quien va, si no como quien viene… era el momento preciso para departir y comenzar una tarde amena en medio de la risa, la música y una buena cervecita. El triángulo era en ese entonces el establecimiento “in” para los amantes de las “frías” de Montería.
Un buen vallenato o una buena salsa, mientras veías pasar los buses que iban para las palomas, guasimal y Villanueva (el último salía a las 3:00pm), eran los cómplices de las tardes de esparcimiento en el triángulo donde te atendían como todo un “cervecero de tiempo completo”.
No era nada de elegante, solo unas mesas y unas sillas; pero el disfrute era inolvidable. Era tanta la fama del triángulo que no hubo monteriano alguno que no se hubiera sentado por lo menos una vez en este estadero cómplice de muchas parrandas. El sitio era punto de referencia de la margen izquierda.
Hoy solo es un recuerdo y todos aquellos parranderos de vieja data pueden tener remembranzas de aquellas tardes de sábado cuando sonaba un vallenato y la “fría” bien fría te la colocaba un “pelao” ahí en la mesa del Triángulo.
– Dónde andas….??? preguntaban los amigos en esa época… – Vente que estoy en el triángulo y la gente llegaba. Se llenaba y se disfrutaba.