A pesar de los esfuerzos gubernamentales y la retirada de un pelotón del Ejército que había incursionado en la vereda El Manso, el pasado 11 de septiembre, la comunidad, compuesta por unas 600 familias, siente temor y por eso salieron de su territorio.

El 25 de septiembre comenzó un desplazamiento masivo de estas familias de la zona rural del municipio hacia la zona urbana de Tierralta.

El secretario de Gobierno de Tierralta, Nairo Zapa, anunció que se conformará una comisión de El Manso para establecer una mesa de diálogo con representantes gubernamentales.

En esta mesa, se espera la participación de funcionarios de infraestructura, educación, tierras, y vías, así como los gerentes de la empresa Urrá y los ministros de Ambiente y del Interior.

La comunidad también exige la presencia de observadores internacionales para garantizar la revisión de casos de presuntos abusos contra los derechos humanos.

La incertidumbre de la comunidad de El Manso es generalizada y por eso anuncian que no regresan hasta que no se sientan seguros.